La Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima (SASEMAR), organismo público perteneciente al Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, ligado jerárquicamente con la Dirección General de Marina Mercante, tiene tres responsabilidades fundamentales: el salvamento de la vida humana en la mar, prevención y lucha contra la contaminación en el mar y control del tráfico marítimo.
Para atender estas tareas cuenta con un extenso número de unidades marítimas y aéreas y centros de coordinación que, dirigidos por sus oficinas centrales de Madrid, prestan servicio las 24 horas del día los 365 días del año.
Desde hace tiempo se vienen identificando las enormes ventajas que en la realización de ciertas actividades podría tener la utilización de aeronaves tripuladas de forma remota (RPA) o con misiones automáticas, debido a las propias características del entorno en que se realizan y dado que sus bases aéreas se encuentran emplazadas estratégicamente en la línea de costa. Las operaciones aéreas de Salvamento Marítimo se desarrollan siempre sobre el mar, en general muy distantes de la costa, donde no hay densidad de población y a una altura en la que el tráfico aéreo es prácticamente inexistente. Con estas circunstancias, las misiones de vigilancia marítima son idóneas para su realización mediante RPAs.
Aeronave de EMSA que se usará para las misiones de SASEMAR
Para que SASEMAR pueda iniciar las operaciones RPAs, se precisa de la aprobación de las mismas por la autoridad aeronáutica competente, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), previo estudio de compatibilidad de estas operaciones con el reto de operaciones aéreas existentes en el espacio aéreo de interés común.
Definición de las áreas segregadas de espacio aéreo
De ese estudio de compatibilidad operacional se ha encargado el Grupo de Investigación de Navegación Aérea (GINA) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), a solicitud de SASEMAR. Los investigadores de la UPM han evaluado “las necesarias operaciones de los organismos públicos implicados y han definido las áreas segregadas de espacio aéreo (TSA) para atender dichas necesidades y que a su vez, fueran compatibles con el resto de operaciones aéreas de los aeropuertos de A Coruña, Santiago y Vigo, así como con el resto de operaciones militares que se desarrollan en el mismo espacio aéreo y otras aeronaves estatales, como las de Guardia Civil, Policía Nacional, y Comunidad Autónoma de Galicia, sin olvidarse de los vuelos VFR de la zona”, explica Luis Pérez, responsable del proyecto en GINA-UPM.
TSA definida con identificación de sectores en su interior
La TSA definida se aleja en sus límites más extremos hasta los 130 Km de la estación de control, desarrollándose verticalmente desde los 1000 ft AMSL hasta los 4000 ft para los sectores cercanos a la costa y los 6000 ft AMSL para los sectores exteriores.
Una vez determinados los límites laterales exteriores de la TSA, GINA-UPM “ha definido en su interior cinco sectores y otras tantas configuraciones de sector (combinaciones operacionales entre ellos) las cuales permitirán realizar las misiones RPA planificadas ocupando el mínimo espacio aéreo posible para permitir la operación de otras aeronaves, todo ello en aras de buscar la máxima compatibilidad con el resto de las operaciones aéreas”, sostienen los investigadores de la universidad madrileña.
SASEMAR ha decidido iniciar esta actividad utilizando una aeronave tripulada remotamente del servicio de RPAS de la Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA), para dar servicio no solo a SASEMAR, sino también a la Secretaría General de Pesca. La aeronave es un modelo CAMCOPTER® S100 (contratado por la EMSA a Schiebel Aircraft GmbH), algunas de sus principales características son longitud 3,2m, altura 1,2 m, MTOW 200 Kg, velocidad máxima de crucero 90KTAS, Máxima Ground speed 110 Kt, autonomía de más de seis horas y un alcance superior a los 100km; y recoge la información a bordo a partir de cámaras ópticas e infrarrojas. Estas características la hacen idónea para este tipo de misiones.
La TSA propuesta junto al concepto de operación para su utilización fue evaluada por Enaire, la Dirección General de Aviación Civil, AESA y Defensa. Una vez acordada la propuesta final la empresa austriaca Shiebel, propietaria y operadora de los RPAs, obtuvo el permiso de vuelo de la autoridad aeronáutica austriaca, y posteriormente fue reconocido por la Agencia española completando así todos los trámites para la aprobación final.
Emplazamiento de la Estación de control de la misión RPA (A Coruña)
Las operaciones planificadas se inician este mes de julio y continuarán durante al menos cuatro meses en aguas gallegas. El grupo de investigación GINA participará también en el análisis de los datos de trayectorias recorridas en distintas situaciones de vuelo, cuyos resultados permitirán seguir aprendiendo para la planificación y mejora de futuras misiones.